viernes, 29 de abril de 2016

Introducción



La evolución de la cocina está estrechamente unida a la del ser humano. El hito de la aparición y conservación del fuego también supuso el inicio de una nueva era gastronómica, ya que permitió a los seres humanos poder comer alimentos que por su dureza eran desechados, al cocinarlos se emblandecían y podían ser comidos. Desde el comienzo de los tiempos el ser humano ha estado implicado en la mejora de su alimentación y en la consecución de medios que le ayuden en esta necesidad diaria.
La cocina y la profesión de cocinero han experimentado una evolución constante a lo largo de la historia, enriqueciendo de cultura e identidad a todos y cada uno de los pueblos del mundo. En la actualidad, la cocina es uno de los mayores atractivos que un pueblo puede llegar a ofrecer a quien lo quiera visitar.
Nuestra profesión, es una profesión en valor y con futuro. Una profesión que en los últimos años ha tenido una evolución exponencial, en la cual el cocinero ha pasado de ser un completo desconocido, a ser admirados por su trabajo, e incluso alabados por su obra en el arte de satisfacer los sentidos. El cocinero debe satisfacer los tres principales sentidos que tienen toda su amplitud en la cocina. Primero, el olfato: cuantas veces hemos escuchado la frase: “huele que alimenta”. Segundo, la vista: la comida entra por los ojos, por lo que una buena presentación se hace indispensable. Tercero, el gusto, esto es ya la deleitación final, el momento en el que se termina de juzgar nuestra obra. Pero al degustar un plato, el sentido del gusto no se encuentra solo ya que los otros dos sentidos que nos faltan, intervienen en este momento en diferentes grados de intensidad según la preparación con la que estemos deleitándonos; el tacto a través de las diferentes texturas que presentan los alimentos y las sensaciones táctiles que producen en su paso por la boca; y el oído en la masticación con el efecto sonoro producido en algunos casos por el crujir de los alimentos.
Al igual que todas las artes, la cocina cambia sin cesar, pero nunca como ahora, tanto por el desarrollo de nuevas tecnologías, métodos de cultivo, transporte, conservación, etc., que nos permiten disponer de productos de los más diversos lugares e incluso fuera de temporada. A pesar de esta abundancia de productos en el mercado debemos tener como premisa fundamental que para elaborar una buena cocina tenemos que elegir siempre productos de primera calidad.
El espacio físico de una cocina también ha sufrido importantes cambios desde las primeras cocinas construidas. En la actualidad hay cocinas que son diseñadas de manera ergonómica para mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores que no se parecen en nada a las que había hace cien o doscientos años. De la misma manera, la maquinaria de cocina mejora sustancialmente en pos de optimizar los recursos de la empresa y para obtener un mejor producto final.

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